viernes, 21 de diciembre de 2012

Centros de Atención Temprana


Hoy subo la segunda entrada que trata sobre los centros de atención temprana y la labor que realizan


¿Cómo potenciar la "Detección Temprana"?

Unificando escalas y criterios de alerta. Algunos, como el CHAT (Baron-Cohen, 1990), predicen en más de un 80% de los casos el riesgo de autismo en niños de 18 meses, los 25 indicadores precoces propuestos por A. Rivière y el I.D.E.A. (Inventario del Espectro Autista), y varios instrumentos más como el ADOS-G, ADI-R, los Manuales DSM-IVr y CIE-10.
Además, de los 9 a los 18, meses puede observarse ya la falta de pautas de comunicación intencional en niños con riesgo de padecer autismo.
Poniendo estas escalas y criterios de alerta a disposición de todos aquellos que trabajan con poblaciones infantiles (pediatras, maestros y otro personal educativo, personal de unidades de neonatología, profesionales de los servicios sociales y por supuesto los padres).
Estos profesionales deben remitir a los niños para una evaluación exhaustiva en cuanto identifiquen estos "signos de alerta".
 
La participación de la familia

Tras hacer una evaluación y un diagnóstico, cualquier intervención en TEA se debe hacer teniendo en cuenta los entornos y las personas que están implicadas.
El trabajo conjunto con las escuelas y demás profesionales es imprescindible. Del mismo modo, para que los padres puedan participar en la intervención que su hijo necesita hay que informarles y darles apoyo.

Información y formación
Informar a los padres de la posibilidad de que su hijo presente un trastorno genera en ellos una significativa conmoción emocional, con ansiedad y angustia, miedos, sentimientos de rechazo y negación, iniciándose un proceso de duelo que será distinto en cada familia y para cada miembro de la misma.
La actitud del profesional, el lugar y el momento en que se le da el diagnóstico a la familia, es fundamental. Una adecuada información facilita que la familia pueda llegar a tener una mejor comprensión y asimilación de la realidad de su hijo y pueda adecuar su entorno a las necesidades y posibilidades físicas, mentales y sociales del niño.
Se deben evitar términos que los padres no conozcan o aclararlos y no dar toda la información de golpe sino de forma gradual para que los padres puedan asimilarla; la finalidad es ayudar a los padres en la reflexión y en la adaptación a la nueva situación, ofreciéndoles la posibilidad de comprender mejor la situación global.
Debería considerarse la información diagnóstica como un proceso más que como un acto puntual, ofreciendo disponibilidad para nuevas entrevistas, en las que los padres puedan solicitar aclaración a todas las dudas y exponer los miedos o preocupaciones que sientan.
Debemos informar asimismo de los diferentes recursos terapéuticos, sociales, educativos, económicos,... existentes en la zona y de la forma de poder acceder a ellos, así como de la existencia de asociaciones de padres.

Apoyo
Dar compañía, comprensión y solidaridad por parte de otras familias que han atravesado la misma situación, hace que el impacto se atenúe.
Potenciar la motivación y la seguridad.
Modificar la percepción de fracaso y de inmovilidad que tienen muchas familias.
Estos objetivos pueden conseguirse desarrollando actividades de ocio y tiempo libre para los hijos, ofreciendo atención a sus hijos en periodos de tiempo puntuales, organizando escuelas de padres y ofreciendo apoyo individualizado en los casos necesarios.
 

Organización y gestión de la Atención Temprana

Existe gran variabilidad de situaciones en materia de Atención Temprana en las comunidades autónomas, originadas por los distintos niveles de competencias transferidas desde la administración central: mientras unas comunidades poseen una red de centros consolidada, otras todavía no disponen de la infraestructura básica.
La delimitación de las competencias y de las responsabilidades de los diferentes estratos de la administración estatal y autonómica debe definirse y concretarse en un marco legal que establezca los límites competenciales y las directrices para la ordenación del sector.
Los fondos destinados a financiar los centros de Atención Temprana son insuficientes y urge un incremento de las dotaciones económicas que los homologue con las partidas presupuestarias que dedican a este fin los países de nuestro entorno europeo.
No olvidemos que muchas alteraciones del desarrollo pueden prevenirse si son tratadas a tiempo y ello supone una mejora sustancial de la calidad de vida, no solo de quienes las padecen, sino también del conjunto de la sociedad. Por esta, entre otras razones, la intervención temprana tiene una gran rentabilidad económica, social y personal.
En el organigrama actual de la Administración Pública los ámbitos competentes en materia de Atención temprana son: Sanidad (garantizar la salud), Servicios Sociales (protección social) y Educación (garantía educativa).
Se hace necesario un sistema que regule y arbitre las relaciones entre estas tres áreas, creando un marco legislativo de carácter estatal y autonómica que establezca la coordinación y la actuación conjunta a favor de la gratuidad y universalización de los "Servicios de Atención Temprana y Centros de Desarrollo" en todo el territorio del Estado.
 
La investigación en Atención Temprana

La investigación servirá para aumentar los conocimientos sobre las características propias de los distintos trastornos del desarrollo, sus repercusiones en la dinámica familiar y fuentes de estrés, así como para evaluar cuáles son las modalidades de intervención más eficaces.
Además la investigación es necesaria también para apoyar las decisiones políticas o administrativas sobre el reparto de los recursos económicos y materiales disponibles.
Las temáticas de estudio en Atención Temprana son muy diversas:
Investigaciones epidemiológicas que permitan conocer la etiología y los factores de riesgo, ya que solo a partir de ese conocimiento pueden plantearse verdaderos programas de prevención.
Investigación de nuevos métodos diagnósticos que permitan una detección más precoz de los problemas para posibilitar así una intervención más temprana.
Demostrar la eficacia de las intervenciones.
Dedicar esfuerzos para analizar y comprender las estrategias más adecuadas y efectivas de intervención.
Investigar qué características del niño y la familia contribuyen a la obtención de mejores resultados.

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